jueves, 28 de noviembre de 2013

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¿Y si él no sabe lo que hace?
¿Por qué creemos que hay un motivo?
¿Por qué suponemos que hay un fin?
¿Es realmente consciente de nuestra existencia?
¿O ni siquiera sabe que estamos ahí?

Meditaciones en torno a Solaris de Stanislaw Lem.
13/11/2013

lunes, 14 de octubre de 2013

Plegaria

Camino de luz
te busco sin más.
Guía mis pasos,
guía mi vida.
Camino de luz,
te encontraré
algún día.

9 de Mayo de 1997.-
Poema que encontré hace poco, revisando un cuaderno de cuando tenía 16 años. 

domingo, 7 de abril de 2013

Show

Para mí, la vida es un show. Un circo que un día termina: con la muerte. Claro, al ser así, ¿cómo poder tomarme la vida de otra manera? ¿Cómo si quiera, podría concentrarme en algo por un tiempo prolongado? Es un show. Un show que me está comiendo la vida y que me cansa.
¿Cuándo empezó el show? El show comenzó, el día que por primera vez noté, que nadie me prestaba atención, así que cada vez que me miraban, tenía que hacer una performance para que no me olviden. 
¿Y qué hago en mis ratos libres? Me preparo para el show, obvio. 
Cómo saber que quiero, si lo único que hago, es prepararme para el show. Y es complicado. Cómo saben, esta vida necesitaba un carácter profundo. Nada simple, sin los elementos necesarios. Una fuerte personalidad, con una leve debilidad. Ésto, combinado con un paisaje siniestro para una nenita delicada. Sumándolo, naturalmente, de algunos desperfectos que hicieran parecer que el personaje estaba en una evolución constante. 
Luego venía la parte más difícil. El discurso, o el parlamento, o simplemente el diálogo. Había que aprender un par de palabras técnicas que hicieran creíble el conocimiento. Escuchar con sutileza, saber filtrar lo que se lee, para luego tirar lo otro al tacho de basura. 
Este último personaje me parece muy interesante. Sincero. Una especie de meta personaje. Incluso más perfecto que todos los anteriores. Este, al menos, quizá sea redimible.

martes, 2 de abril de 2013

Equilibrio

Se repite un acto para corregir los errores,
no para seguirlos cometiendo.

Repetimos un acto,
para ejecutarlo correctamente.

Perfeccionando la ejecución
el movimiento se torna
adaptable y flexible.

Encontrarnos en el medio del movimiento
es, sin embargo, la mitad del camino.

El mismo cuidado que se tiene
al ejecutarlo debe respetarse
al emprender el retorno.

De esta manera,
el mundo alcanza el orden
y por medio de grandes obras
se obtiene la calma.